domingo, 24 de mayo de 2015

Una taza de café

Una taza de café, es algo tan sencillo pero tan efímero. Al menos en esta historia que sigue a continuación.

Un joven doblaba con paciencia las esquinas de un papel mientras esperaba su taza de café, se encontraba en una cafetería pensando ¿Qué estará pasando en el mundo para que él aún no se sintiera enamorado por una chica? Él estaba seguro de que le gustaban las chicas, le atraían en físico claro, pero nunca sentía esa conexión, ese sentimiento que se hace llamar "amor"

-Aquí tiene su café- el camarero le sirve el café en una taza blanca cuadrada y le deja un envase de vidrio con azúcar.
-Gracias.

Mientras colocaba azúcar en el café intentaba recordar la pregunta que se había hecho antes de que le sirvieran...eso se llama no estar concentrado en lo que se piensa, pero bueno lo importante ahora era lo que tenía frente sí. Un manuscrito que él mismo había hecho, se lo pidieron  por supuesto, ya que él había decidido desistir de su sueño de ser un guionista, ya lo había intentado muchas veces.

-Intenté muchas veces crear esa magia en las historias- se dijo para sus adentros, pasó sus dedos sobre el papel intentando recordar a través del tacto tantos sentimientos y vivencias...pero no recordaba nada...

Sonó la puerta de la entrada al café, una muchacha con cabello corto  de color castaño oscuro entró, mirando cuidadosamente en cada mesa. Cuando sus ojos grises encontraron al muchacho con el guion se dibujó una sonrisita en su rostro.

Entonces se dirigió hacia él.

-Hola Angel- dijo la muchacha sentándose frente a él, enseguida un suave aroma a caoba y naranjas paseaba en las fosas nasales de Angel, no le molestaba realmente, pero no era su olor preferido.
Angel frunció el ceño y tomó un sorbo de café para de alguna forma disimular su disgusto, un disgusto ajeno a la situación pero igualmente. Un disgusto.
-Hola Coraline.
Coraline olfateo, de manera disimulada la taza de café. Sonrío nuevamente y tomó un sorbo
-¿Terminaste el guion?-
-Me gustaría decir que sí- miró la a Coraline y le hizo un gesto de que guardara silencio-Tu sabes que no creo en lo que escribo-
Coraline puso los ojos en blanco ante las palabras de Angel pero finalmente sonrió, siempre todo lo resuelve con una sonrisa calma y sus ojos grises llenos de sueños.
-¿Cómo se llama la obra?- preguntó Coraline pero antes de que Angel empezará a leer el título Coraline le arrebato las páginas.
-Lagrimas de bruja- ella lo miró con incredulidad- ¿Esto está relacionado con lo que ocurrió hace un año?

Angel miró con satisfacción a Coraline.
-Por supuesto. Mi accidente me hizo escribir esta pesadilla



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